Los beneficios de la Dieta Mediterránea, cuyo protagonista principal es el aceite de oliva, están ampliamente demostrados para todos los segmentos de la población, pero, si eres mujer, ahora tienes una razón más para convertirlo en la grasa principal de tu dieta, ya que se ha demostrado que previene el riesgo de padecer cáncer de útero en un 57%.
El estudio que así lo afirma, publicado en el British Journal of Cancer, analiza tres investigaciones llevadas a cabo en Italia (por la FoundationforCancerResearch) y Suiza (SwissNationalScienceFoundation y la Swiss League AgainstCancer) entre los años 1983 y 2006 y que examinan, en total, a 1.411 mujeres con casos confirmados de cáncer de útero entre un grupo control de 3.668 pacientes.
Este tipo de estudios de casos-control compara a aquellos pacientes que se han visto afectados por una enfermedad frente a los que no, para analizar qué factores han podido influir en el desarrollo de la enfermedad. En este caso, los investigadores utilizaron el llamado «Mediterranean Diet Score» (MDS), que incluye nueve componentes característicos de la dieta, como el consumo de vegetales, frutas, legumbres, frutos secos, cereales, grasas monoinsaturadas (como el aceite de oliva), una ingesta moderada de pescado, un bajo consumo de carne y pollo, productos lácteos, así como una ingesta moderada de alcohol-
Con este patrón, los investigadores concluyeron que aquellas muejres que consumían, al menos, seis componentes de esta dieta, redujeron el riesgo de padecer cáncer de útero un 46%, mientras que aquellas que sólo cumplían con cinco patrones, lo reducían en un 34%. Las mujeres que seguían más de seis patrones redujeron el riesgo hasta en un 57%, mientras que hacían lo propio con menos de cinco patrones no redujeron este riesgo de forma significativa.
Los investigadores concluyen que la razón de esta reducción del riesgo se encuentra en que los patrones de la Dieta Mediterránea aportan más contenido de fibra, antioxidantes, fitoquímicos y ácidos grasos insaturados (como el aceite de oliva y los frutos secos). El estudio demuestra el impacto que una dieta saludable y equilibrada puede tener sobre el riesgo de desarrollo de este tipo de cáncer en mujeres. Por ello, es especialmente importante concienciar a la población de que nuestras decisiones cotidianas en cuanto a alimentación y ejercicio físico pueden derivar en un mejor estado físico, libre de enfermedades.