La combinación de genética, epigenética (todo aquello que influye en cómo se regulan los genes) y Dieta Mediterránea podría ser una nueva vía de prevención de enfermedades cerebrovasculares, como el ictus. Así lo demuestra un estudio llevado a cabo por miembros del CIBERobn (Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición), cuyos resultados acaban de ser publicados en la revista científica Americal Journal of Clinical Nutrition.
El estudio, liderado por la Dra. Dolores Corella, en colaboración con el Dr. José Mª Ordovás (del Human Nutrition Reserach Center de Boston), forma parte del proyecto PREDIMED y ha descrito el efecto protector del polimorfismo rs13702 T>C, regulado por el microARN-410, a través de sus lugares de unión al ADN, en los mecanismos protectores de la Dieta Mediterránea, lo que derivaría en una menor incidencia de enfermedades cardiovasculares y menores concentraciones de triglicéridos. Según Dolores Corella, «estos resultados, pioneros a nivel mundial, contribuirán a crear nuevo y más sólido conocimiento sobre los mecanismos y las bases moleculares, lo que permitirá avanzar en el diseño de dietas personalizadas».
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¿Cómo funciona?
Los trabajos parten de un estudio previo del Dr. Ordovás sobre las funcionalidad del microARN-410 y su asociación con los triglicéridos. Tras cinco años estudiando a los participantes en el estudio PREDIMED (del que ya hemos hablado en este portal web), que han seguido las pautas de la Dieta Mediterránea, suplementada con aceite de oliva o frutos secos, el grupo del CIBERobn ha comparado los resultados obtenidos en las personas con genotipo TT (un 45% de la población) frente a las portadoras del alelo favorable C (el 55% restante). Los del primer caso, permiten la unión de microARN-410, mientras que los del segundo grupo bloquean la unión de este microARN y se activa el gen de la lipoproteinlipasa, una enzima que actúa como protector cardiovascular.
Comprobaron entonces que el polimorfismo estudiado se asocia con un menor riesgo de ictus cerebral en las personas portadoras del alelo C. Pero no sólo eso, sino que constataron que la Dieta Mediterránea influye de manera significativa en los efectos del polimorfismo, tanto sobre el ictus como sobre los triglicéridos. De hecho, cuando los portadores del alelo C seguían una dieta mediterránea, el efecto de protección sobre el ictus era de un 42%, mientras que quienes no seguían las pautas de esta dieta, sólo alcanzaba el 6% de protección. Es decir, el factor protector inherente a estas personas se pierde con una dieta inadecuada.
El estudio deja clara la importancia de la combinación de la genética, la epigenética y la dieta en los resultados finales. Asimismo, aporta nuevos datos de cómo se pueden usar los microARN en prevención y tratamiento, con resultados pioneros sobre su modulación a través de la dieta.